[language-switcher]

[:es]Foto 4
Enrique Zuazua impartiendo un seminario en el CIO el pasado 16 de mayo. | Foto: Carla Serrano
Puedes leer la primera parte de la entrevista a Enrique Zuazua aquí.
Pregunta. Desde 2016 lleva a cabo su proyecto Advanced Grant “DYCON-Dynamic Control” del Consejo Europeo de la Investigación (ERC). ¿Qué puede contarnos sobre él?
Respuesta. Los sistemas dinámicos son algo consustancial al mundo, porque todo se mueve. El universo, se podría decir, está constituido por formas en movimiento: el viento, los árboles, el agua, las olas, los aviones, los vehículos, las personas, los animales, incluso el pensamiento, los impulsos neuronales, el pálpito de nuestro corazón… Todo eso son formas en movimiento. La disciplina matemática que describe ese movimiento es lo que se denominan Sistemas Dinámicos, que permiten emular, reproducir el movimiento de todos esos objetos que nos interesan, todas esas cantidades, la bolsa, la riqueza, la temperatura, el cambio climático. La disciplina del control intenta desarrollar teorías, desde un punto de vista matemático que expliquen en qué modo podemos actuar en estos sistemas para regular su evolución. Uno de los retos más grandes a los que nos enfrentamos es al cambio climático: ¿Qué medidas tenemos que tomar hoy para evitar que continúe cambiando el clima y que siga aumentando peligrosamente la temperatura y, por ejemplo, en España, la desertización siga avanzando? El control de un sistema dinámico consiste en dar respuesta a esa cuestión.
P. ¿Qué otras aplicaciones pueden tener esta disciplina?
R. Está en todo. Las terapias médicas son sistemas dinámicos de control. Cuando el médico le dice al paciente: “Usted tiene el colesterol alto y tiene que caminar, hacer dieta y tomar una pastilla al día”, eso es controlar un sistema dinámico. El control es precisamente ese conjunto de medidas ya implementadas. Podríamos hablar de todos los procesos industriales. Las redes eléctricas son un sistema dinámico. Todos queremos tener luz en casa y para eso hay que estar permanentemente regulando el sistema. De hecho, el sistema energético es complejo también por su dimensión económica y social, por los precios de la energía, etc. ¿Cómo se regula la economía? Cuando el Banco de Europa establece el precio de dinero en un índice o en otro está controlando un sistema. La Economía es un sistema dinámico; y las autoridades monetarias se anticipan 6 meses a lo que cree que puede estar ocurriendo en la economía y a lo que puede hacer para compensar las posibles derivadas negativas. Por ejemplo, si queremos que la gente pueda adquirir una vivienda, tendremos que reducir el tipo de interés de los préstamos. Sin duda, uno los ejemplos más notorios y cotidianos de lo que pueden ser las aplicaciones de la teoría del control es el termostato de casa. Ahora lo damos por hecho, pero el termostato lo que hace es que, si elegimos la temperatura de 19 grados, inyecta calor o frío para mantener la temperatura siempre a 19. El termostato, las misiones espaciales, los robots… todo son sistemas dinámicos.

“Los sistemas dinámicos son algo consustancial al mundo porque todo se mueve”

P. Recientemente entrevistamos a Francisco Marcellán y nos dijo que el principal problema al que se enfrentan las Matemáticas ahora mismo en nuestro país es a la gran fuga de cerebros matemáticos. ¿Está de acuerdo? ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
R. Todo depende de dónde uno pone las fronteras. Lo que sí es cierto es que la ciencia y el mundo universitario es cada vez más global. Antes cada uno hacía la carrera en su universidad, ahora el Erasmus es casi sistemático. Es algo relativamente nuevo, pero que ya está implantado y forma parte de nuestro comportamiento social. El que los alumnos se vayan a hacer un máster o un doctorado al extranjero es cada vez más habitual. Y que luego esas personas se queden en esos países también es cada vez más frecuente. La Unión Europea se constituyó como tal para que fuera un espacio de talento. La fuga se debe a que cuando una persona decide dedicar su vida a la carrera académica intenta buscar lugares donde va a tener el ambiente, el apoyo y los recursos necesarios para poder hacerlo. Y sí, es posible que España sea un país que exporta más que importa en cuanto a que las instituciones quizás no están siendo ejemplares a la hora de crear esos entornos. No creo que podamos echar la culpa ni a los Gobiernos, ni a los Rectores… es un proceso sociológico global. España entró en democracia hace 44 años y ha experimentado una metamorfosis extraordinaria. Las Universidades se han multiplicado y creado; están en todos los sitios. Y cada vez hay más centros y equipos de investigación. Y ahora que toda esa masa crítica se ha generado, empieza a tomar forma. Al igual que España trae determinado tipo de público para la Ciencia en el sentido de que hay alumnos que vienen de fuera y profesores que se quedan, hay otros que no conseguimos retener. Para eso haría falta tomar unas medidas que posiblemente llevarán bastante tiempo, porque tienen que ver con nuestro propio comportamiento humano, como ciudadanos, de nuestro modo de proceder en las instituciones universitarias. Y es cierto que, de manera inconsciente, preferimos que una persona que es muy destacada en su ámbito se vaya a otro país y que siga haciendo su carrera allí, que tenerlo cerca por la distorsión que eso supone en un entorno de confort en el que la gente se siente cómoda. Como dijo Ramón y Cajal, y creo que sigue siendo válido: “Más que escasez de medios, hay miseria de voluntades”.
P. Entonces, ¿cómo ve usted el futuro de las Matemáticas en España?
R. Las Matemáticas en España han alcanzado un nivel de salud razonable. Si yo en el año 79, en Bilbao, tuve la fortuna de hacer una carrera en la cual adquirí una formación muy buena, no me cabe duda de que eso es posible hoy en todas las universidades españolas, puesto que ahora están mucho más al día y mucho más en consonancia con lo que se está haciendo en otros países. Los equipos de investigación están prácticamente en todos los rincones. No hay preocupación por el futuro de la Matemática española, lo que sí considero que nos está pasando factura es esa sociología a la que hacía alusión Ramón y Cajal, que nos está restando fuerza. Si algunos españoles no consiguen desarrollar el trabajo que podrían desarrollar aquí no es porque no haya recursos, sino simplemente porque el entorno prefiere que no se haga.

“Si algunos españoles no consiguen desarrollar el trabajo que podrían desarrollar aquí no es porque no haya recursos, sino simplemente porque el entorno prefiere que no se haga”

P. ¿Y cree que hay alguna forma de cambiar esa mentalidad?
R. Creo que el sistema universitario y científico español necesita muchas reformas en profundidad, pero llevarán mucho tiempo. Posiblemente habría que cambiar la gobernanza en la universidad. Eso se ha dicho muchas veces, pero luego nadie osa tocar la ley que regula el funcionamiento de las universidades. Permitir que los rectores gestionen la universidad de una manera un poco distinta, más orientada a resultados. Que las personas que optan al Rectorado no deban ser obligatoriamente profesores del centro, que pueda haber más movilidad a ese nivel. También haría falta que la apuesta por la investigación de excelencia en los Planes Nacionales de Ciencia fuera algo más marcada. Aunque se han hecho intentos, la tendencia siempre es volver a un sistema consistente en difuminar los recursos entre todo el mundo. Al fin y al cabo, creo que se trata de intentar buscar el equilibrio entre dos fuerzas: la que aspira a la excelencia y la que intenta levantar el nivel promedio de manera más o menos consensuada. Y evidentemente los resultados son distintos. Por eso, no es sorprendente que cuando cada año se publica el famoso Ranking de Shanghái siempre sean los mismos los que están arriba. Y siempre seamos los mismos los que estamos en el lugar 300 o 400, o simplemente no estamos. Creo que es una tarea colectiva que llevará tiempo. Somos un país muy reciente a nivel universitario frente a otros que llevan siglos cultivando sistemas de educación muy orientados a la excelencia académica. Considero que es importante desarrollar los marcos normativos que hagan que la educación pública y la privada puedan coexistir y enriquecerse mutuamente. A veces, analizamos estas cuestiones de manera simplista, pues en Estados Unidos la universidad pública apenas recibe el 15% de financiación del Estado y el resto es tan privado como en nuestra privada. Incluso concepciones en temas clave como “lo público versus lo privado” tienen que ir cambiando de cara al futuro y evolucionar a modelos un poco más híbridos, tanto en las universidades como en la investigación.
 
 

¡No te pierdas el seminario que Enrique Zuazua impartió en el CIO!

Categories: BlogCIO